domingo, 18 de abril de 2010

Así fue la presentación del libro Poetas del fútbol.

14 DE ABRIL DE 2010, SALA ÁMBITO CULTURAL
PRESENTACIÓN DEL LIBRO “POETAS DEL FÚTBOL”  y ESTRENO DEL CORTOMETRAJE “EL HORTELANO”



En palabras de D. Jorge Carretero, prologuista del libro “Poetas del fútbol” viene a aportar algo diferente de lo que normalmente se encuentra en cualquier libro dedicado al fútbol. Es de agradecer la visión polifacética que nos ofrece, así como el entusiasmo del autor.
Cuando hablamos de fútbol muchas pueden ser las referencias bibliográficas al respecto. No sólo levanta pasiones en los estadios, en las casas o en los bares, también muchos son los teóricos o apasionados que han querido plasmar en páginas escritas su visión de este deporte. Periodistas que trazan la vida de grandes jugadores, exfutbolistas que se atrevieron a la escritura, publicaciones de técnicas deportivas y de entrenamiento, etc. Tampoco podemos olvidar, como nos señala el propio autor, los ríos de tinta que a diario se vierten en los periódicos deportivos, por otro lado, los más vendidos.
El fútbol, no cabe duda, interesa. Pero hasta ahora a nadie se le había ocurrido conjugar Poesía, Psicoanálisis y Fútbol.  Uno podría preguntarse qué tiene que ver la poesía con el fútbol y qué hace un psicoanalista hablando de ello. Nos encontramos ante un libro singular, pues inaugura un nuevo campo. Carlos Fernández se toma el trabajo de articular Psicoanálisis con Fútbol. Tal vez su larga experiencia de estar en un grupo le permitió comprender la importancia de que haya un grupo para que haya un verdadero equipo. En una experiencia de trabajo de psicoanálisis aplicado, enumera las implicaciones concretas que puede tener el psicoanálisis en el fútbol.
En la página 58 de libro leemos: “El Psicoanálisis es más que un procedimiento médico, por ende, más que aplicaciones debemos hablar y pensar en interés, en tanto las aplicaciones conllevan una utilidad, y con ello un régimen de precariedad que se agota en el producto, sin embargo el interés apunta a la posibilidad de transformación, otro tiempo donde sin dejar de ser fútbol se puede producir dinero, crear puestos de trabajo, realizar una labor educativa, social y, esto es fundamental: divertirse practicándolo y viéndolo jugar.
No se trata de llegar rápido, sino de llegar lejos. Un grupo puede acortar el tiempo de producción de cualquier actividad deportiva, un grupo le permite a cada jugador rendir más. Si hay grupo hay equipo, el grupo es el alma del equipo. Es difícil pensar un equipo de fútbol sólo como la reunión de un conjunto de personas con intereses exclusivamente deportivos.
¿Y quién coordina el grupo que posibilite la construcción de un equipo? ¿Qué teoría permite desplegar la producción social de la institución? ¿Puede haber ideas fuertes sin una economía vigorosa que las sustente?
El Psicoanálisis en este sentido es una herramienta de trabajo, un instrumento de conocimiento y el método más eficaz en el análisis de toda estructura empresarial. Con ello se puede pensar la producción y distribución de los diferentes valores deportivos, la vinculación del trabajador y el trabajo, la relación y discernimiento entre Institución y Grupo, los criterios de salud y objeto social deportivo de los que habla la Ley del Deporte.”
“El fútbol es un hermoso baile, un dibujo animado hecho realidad, fantasía en acción, táctica y estrategia dentro de los límites del juego…El fútbol es poesía, articulación de lo imposible sobre un verde manto, cuerpos en las gradas como oleaje al unísono en el giro del balón, los colores del club pintados en el rostro, efímera belleza y eterna puntuación…”
Hasta ahora, habíamos escuchado hablar de “la cultura del fútbol”, su jerga, los rituales, pero unir fútbol y cultura resulta algo novedoso en tanto los propios seleccionadores de fútbol base reconocen que más del 60% de los jóvenes mayores de 16 años abandonan los estudios.
Parece, como destaca el propio autor, que lo único que se les está transmitiendo es que lo importante es jugar al fútbol, sólo existe el cuerpo, la inteligencia está reñida con el buen juego, pensar no sirve para nada.
El título ya deja claro que la ambición del autor no es enseñar a jugar bien al fútbol, de eso se encargan desde hace años excelentes técnicos de los diferentes puntos de la geografía. Su pretensión es introducir nuevos significantes, unir en sutil conjuro la pasión más antigua, la poesía, la ciencia de lo humano, el psicoanálisis y el deporte más universal, que practica más del 4% de la población mundial.
No podemos olvidar que, como bien señala el autor, “que la importancia del psicoanálisis deportivo radica en que ninguno de los productos psíquicos infantiles ha  sucumbido en el adulto. Los sueños del hombre normal reviven todas las noches su carácter infantil y así podemos pensar casi todas las dificultades de un equipo deportivo”. Son innumerables los cuentos, novelas, obras de teatro y cine que dan cuenta del fenómeno social en las diferentes noticias que depara el fútbol. Es la poesía, utilizando el imaginario universal, la que trabaja lo singular de cada acto, anticipando la realidad. SE hace eco de la materialidad más perdurable del lenguaje.
Las crónicas de cada partido narran la historia desde el resultado del vencedor, la poesía es la que nos cuenta la verdadera historia.


El libro culmina con una interesante y entrañable entrevista a uno de los futbolistas más grandes de la historia, D. Alfredo Di Stéfano. En una conversación distendida podemos extraer importantes consejos para los jóvenes y no tan jóvenes. El fútbol es pan para hoy y hambre para mañana, el fútbol no se hizo para ser profesional, se hizo para entretener a la gente. El fútbol es para hacer personas agradables, gratas, atléticas, no para ganar dinero. El fútbol es una casualidad. Cuando jugaba nunca pensé que iba a ser profesional. Cuando voy por las categorías inferiores, siempre le digo a los jóvenes “ agarren los libros, que no muerden”. Hay que estudiar.
Don Alfredo trae una interesante anécdota del jugador Enrique García, de Argentina, llamado el “poeta de la zurda”. Él se va de todos los jugadores y marca un gol. Cuando regresa de marcar se vuelve arrastrando los pies sobre el césped en zigzag y los compañeros le preguntan ¿qué haces?, él les contesta: estoy borrando las huellas para que no me la copien.
Lo que no enseña don Alfredo con esto es que en el fútbol, como en la poesía, el que lo repita nunca lo alcanzará, repetir es imposible.
Un hombre muere apenas si otro hombre lo nombra, escribió el poeta Miguel Oscar Menassa. En el fútbol también el silencio es mortal.

Helena Trujillo, Psicoanalista

No hay comentarios:

Publicar un comentario